En época de crisis ocasionada por la pandemia se hace necesario identificar momentos en los que se abordan dilemas éticos, pues en situaciones como estas no sólo se ponen en tensión los sistemas de salud, sino el conjunto de las relaciones sociales, un gran número de personas e instituciones se ven implicadas y afectadas, son momentos muy cruciales donde los valores se ponen a prueba y en forma particular los valores morales afectando en ocasiones los de la propia existencia humana y también la dignidad de las personas.
Con la pandemia causada por la COVID-19 enfermedad infecciosa causada por el virus SARS-CoV-2, por ser una patología nueva que aún no se conoce en toda su dimensión el desarrollo clínico, sus mutaciones, desenlace, tratamientos, recuperación, etc., ha demandado una rigurosa planificación y organización de los sistemas de salud y de la sociedad en su conjunto, por ello no solo se ha trabajado en la disponibilidad de camas de hospitalización, de salas de urgencia, respiradores, medios de protección, medicamentos, personal médico, de enfermería y de aseguramiento de los servicios de salud que se tienen y los que serían necesarios; sino que además se ha convocado el empleo de otros recursos humanos, científicos, tecnológicos, informativos, culturales, psicológicos; servicios de todo tipo y por supuesto el imprescindible abastecimiento de agua, alimentos, medicinas, electricidad, entre otros.
Por todo lo anterior se requiere posiciones responsables de los gobiernos y el respectivo respaldo de la sociedad que no solo acate las disposiciones, sino que las implemente con disciplina y responsabilidad como acertados preceptos éticos, pero en la realidad estas posturas no siempre son asumidas por todos con el compromiso que se necesita para asegurar tanto para su propio cuidado como el cuidado de quienes los rodean en la familia y en la sociedad.
La ética es parte del tejido de todas las dimensiones de la sociedad, pero en tiempos de crisis por pandemia la ética en salud se pone en juego a cada minuto, su atención es primordial no solo en ensayos clínicos y en la labor asistencial, sino en cada uno de los procesos que garantizan la existencia y la prevención de la enfermedad, pues en todos se generan dilemas éticos que necesitan ser identificados y si se reconocen con antelación seguramente se puede contribuir a atenuarlos. Entre las estrategias a implementar es vital la acertada planificación ante contingencias, que evite arribar a las fases de saturación y colapso de los servicios médicos, pues en esos momentos se multiplican los dilemas éticos.
El tema de la ética en el personal de salud es recurrente y traspasa todo su accionar y en tiempos de crisis se hace más necesario reforzar y actualizar la formación del recurso humano desde el pregrado, en la vida profesional y en la laboral con estrategias de reajuste, modernización y educación continuada, este aspecto es determinante tanto para actuar en tiempos «normales», como en época de crisis.